VOTO ELECTRONICO, BLOCKCHAIN Y DEMOCRACIA
Vivimos en la era de la aceleración de la aceleración. Tecnologías como la inteligencia artificial, la robótica, la biotecnología y el blockchain están redefiniendo todas nuestras realidades. Ahora, las revoluciones tecnológicas ocurren cada trimestre, y pronto podrían ser mensuales.
El futuro es mucho más rápido de lo que nosotros pensamos. Es vital que los países y las sociedades se adapten a estas convergencias tecnológicas que revolucionaran nuestras realidades sociales, educativas, e inclusive políticas. Buscar las formas de usar la tecnología para fortalecer y transparentar nuestros sistemas democráticos y procesos electorales se vuelve imperativo y es una discusión que ya no puede esperar, aunque muchos quieran patear la lata.
Es crucial promover reformas electorales que restauren la confianza ciudadana en las instituciones y en el proceso electoral. Temas como la conformación de mesas electorales, la segunda vuelta y la regulación de la reelección son urgentes. De igual forma, la implementación de la tecnología en el proceso electoral también debe de ser una discusión e implementación obligatoria y constante. En las elecciones pasadas el lector biométrico fue una novedad tecnológica que le dio más confianza al proceso electoral. ¿Qué otras tecnologías podemos usar? ¿Qué están haciendo otras democracias? No podemos quedarnos estancados. Tenemos que evolucionar democráticamente y eso hoy por hoy implica evolucionar tecnológicamente.
En el pasado, la idea del voto electrónico no convencía debido a la falta de transparencia y la centralización de los sistemas, que podrían ser manipulados por unos pocos. La gente prefiere ver los papelitos adentro de una caja transparente porque confían más en ese proceso que pueden “ver” más que en una caja negra con chips, circuitos, algoritmos que solo los técnicos entienden. Sin embargo, el surgimiento del blockchain con el “white paper” de Satoshi Nakamoto en 2009, presenta una alternativa descentralizada y transparente cuyos usos pueden aplicarse a los procesos electorales. Con su White paper, Satoshi le dio vida al Bitcoin, pero lo crucial de su idea no fue tanto el Bitcoin, sino la tecnología detrás de Bitcoin, el “BlockChain”.
El blockchain permite que los datos y transacciones sean descentralizados y seguros, funcionando como un libro de contabilidad distribuido entre miles de contadores (nodos), donde cada transacción se verifica por consenso y es inmutable.
Utilizando la analogía de Bitcoin, ya no necesitas que el banco tradicional te guarde tu plata, tú eres tu propio banco. Todas las transacciones en el sistema lo pueden ver todos, en cualquier momento. Es completamente transparente y completamente descentralizado. Le quita poder al estado y los bancos y le entrega el poder a la gente a través de la descentralización.
Les doy algunos ejemplos reales de países e instituciones que ya están usando el blockchain para temas de fortalecimiento democrático:
Estonia: Desde 2005, Estonia ha sido pionera en el uso de tecnología de voto electrónico y ha integrado el blockchain para asegurar los registros de votos desde 2012, lo que ha reforzado la confianza y la seguridad en sus procesos electorales.
Sierra Leona: En 2018, Sierra Leona experimentó con el uso de blockchain en una de sus regiones durante las elecciones presidenciales para mejorar la transparencia y la rapidez en el conteo de votos.
Suiza: La ciudad de Zug realizó una prueba piloto usando blockchain para votaciones municipales, explorando la eficacia de la tecnología para incrementar la participación ciudadana en decisiones locales de forma segura y transparente.
Organización de Estados Americanos (OEA): Ha estado explorando el uso del blockchain para mejorar la transparencia y la integridad de los procesos electorales en América Latina, proporcionando asistencia técnica a sus estados miembros.
Otros usos del blockchain:
Economía Digital y Juegos: Jóvenes en todo el mundo están utilizando criptomonedas basadas en blockchain para comprar videojuegos y realizar transacciones en línea. Este uso ha democratizado el acceso a bienes digitales y servicios, eliminando barreras financieras tradicionales y ofreciendo un método de pago seguro y transparente.
Comercio y Finanzas: El blockchain facilita el comercio global al proporcionar métodos seguros y trazables para las transacciones financieras. Empresas y consumidores aprovechan esta tecnología para realizar pagos internacionales sin las tarifas o las demoras de los sistemas bancarios convencionales.
Propiedad Intelectual: Artistas y creadores usan blockchain para registrar y proteger sus obras, permitiendo un seguimiento claro de la propiedad y distribución de derechos, y garantizando que pueden monetizar su trabajo de forma segura.
En el 2021, presente como diputado el anteproyecto de ley para el voto electronico via blockchain. Aplicar el blockchain a nuestra democracia podría revolucionar los procesos electorales, haciendo el voto electrónico seguro y transparente. Cada voto se registraría como una transacción verificable y no duplicable, lo que aseguraría la integridad y anonimato del voto. Esto eliminaría las irregularidades y latrocinios electorales como ser “más votos que votantes en una urna” o el famoso dicho “acta mata voto”.
Estas tecnologías no solo aportan seguridad y transparencia, sino que también reducen costos operacionales y logísticos significativamente. Implementar el blockchain podría llevar a elecciones más transparentes, rápidas y confiables, auditable por todos los actores en el proceso y como una herramienta importante para la observación independiente nacional y/o internacional.
El blockchain es una tecnología prometedora para redefinir y fortalecer nuestras democracias. Sin embargo, es esencial reconocer que las soluciones no son puramente tecnológicas y que deben acompañarse de reformas estructurales para recuperar la confianza ciudadana en sus sistemas democráticos. Debemos cerrar la brecha digital y aprovechar las oportunidades globales y digitales del presente para mejorar nuestras prácticas democráticas.
Como dijo Einstein, hacer lo mismo y esperar resultados diferentes es una locura. Es hora de pensar diferente y utilizar la tecnología para transformar nuestra democracia, asegurando la integridad de cada voto y la confianza ciudadana en el proceso electoral.
Desgraciadamente, no logramos salir de la caja y la clase política prefiere un sistema no de votos sino de actas, donde la voluntad del pueblo puede ser manipulada por quienes hacen las sumas y las restas, dándole validez a la famosa frase de Stalin: “No importa quién vota, sino quién cuenta los votos”.cer las cosas de una manera diferente. Devolvámosle la fe a los ciudadanos en su democracia.
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